Padre Rodolfo Carboni,
Sacerdote dela Arquidiócesis de Buenos Aires,
Sacerdote de
Fundador de una Congregación.
Hombre de temple, ardor y entusiasmo.
Que se alza como una figura ejemplar del clero argentino,
enmarcado en la contingencia histórica que le tocó vivir,
avizorando un cambio en la Iglesia.
Sobre tu corazón incendiado deseamos reposar el nuestro,
tantas veces entibiado por el temor, y el poco amor.
En tu espíritu llameante queremos quemarnos;
en tu fuego sagrado deseamos calentar aquellas brasas
que se apagan en el alma.
Somos caminantes de un tiempo y de una historia ...
Somos peregrinos sorprendidos ...
Las lámparas que tenemos encendidas,
en espera de ese Gran Día, necesitan del aceite nuevo
de tu ejemplo, de tu testimonio.
Deseamos sigas caminando entre nosotros.
Con ese paso firme, decidido, de apóstol convencido.
Necesitamos la cotidianidad de tu sacerdocio,
en la configuración con Jesús Sacerdote,
derramada desde la misteriosa vertiente
de la comunión de los santos.
A través del velo que nos pone el misterio de la Vida ,
es bueno que tu mirada de pastor nos llegue,
nos inunde con resplandeciente ternura,
para mantenernos en la esperanza confiada,
y saborear, ya desde ahora, lo único necesario.
Que el camino recorrido leyendo en el libro de tu corazón,
en cuyo último secreto está la Cara de Dios,
nos inunde con la luz que emana
de ese Rostro Eterno y Amado.
Testigo. Amigo. Guía. Padre.
A ti, nuestra memoria agradecida.
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