lunes, 21 de mayo de 2012

Hna. Elvira Gómez

(por Hna. Graciela Firpo)
Ante la pascua de la Hna Elvira, y la invitación del Consejo a escribir, me sentí en la obligación de rendir un último adiós a nuestra Hna Elvira, que tanto se preocupó por hacer las Semblanzas de cada hermana, hasta llegar a escribir en vida la de muchas de ellas. Conversando con ella, en más de una ocasión, podía percibir su deseo de que la vida de las hermanas fuera recordada con algunas de sus particularidades y originalidades; escribía según su experiencia, más allá de que algunas Hnas, al leerlas no reconocieran tanto.
Yo también voy a escribir según mi experiencia, otras podrán hacerlo desde la suya. Mi primer contacto con ella me dejó la impresión de una mujer fuerte, crítica, lúcida y con una voz muy bonita. Una mujer con carácter que le hacía pasar de la dureza a la ternura, de la crítica a lágrimas de emoción.
Lo que más me impresionó en ella era el afán de escribir y recoger el espíritu y el carisma para las nuevas generaciones. Ella era una enamorada de Lucía Gil Elizalde por eso recogió su pensamiento y buscó hacerla conocer luchando con aquellas voces que no la consideraban importante y que creían que su figura podía opacar al P. Rodolfo. ¡Gracias Elvira por ser tenaz y hoy tener esos escritos!
Gracias por dejarnos tantos escritos… gracias por tu fecundidad literaria que nos permitió tener en nuestras manos: “Los Valores del Reino en la Parroquia” donde recogiste el pensamiento del P. Carboni. Gracias por escribirle libro Pbro. Rodolfo Carboni: “Una personalidad sacerdotal”; gracias por las “Cartas a la Comunidad”, lo que sembró “Semblanzas”, hacer vida el proyecto de la Clar recogiendo la vida pastoral y espiritual de las comunidades que aún sigue como escrito a máquina que tiene una riqueza muy grande que tendremos que seguir buceando. Gracias también por “Cartas I y II” donde recogiste cartas a nosotras, las Hnas, compartiendo algo de nuestra vida pastoral. Gracias por invitarnos a ir a descubrir “Desde las Fuentes”. Gracias por recoger “Las Luces del carisma”, que hoy tenemos que seguir descubriendo.
Además de escritora, tenía muchos otros dones para la actividad mañuela: era creativa para reciclar libros, sillones y tejidos. Buscaba hacer de la casa, una casa acogedora, agradable y generalmente había algo rico para compartir con las hermanas que iban de visita, como helados, pizzetas, etc. Esta imagen la tengo sobre todo de la comunidad de Pichincha 527.
Fue por muchos años Maestra de Novicias, en nuestra Congregación, marcando a muchas hermanas con su personalidad, su amor a la liturgia, al canto y als obras de teatro, sacramentales que ella favorecía entre sus formandas.
            Su servicio también se extendió a la secretaría de varias parroquias, y de la CONFER que se vieron enriquecidos por su personalidad creativa y fuerte que le traía sus dificultades, haciéndole tocar sus debilidades más profundas.
Elvira tenía una importante sensibilidad para con los pobres, en Santa Rosa, tenía sus amigos, los pobres, que ella ayudaba y saludaba con cariño. Era generosa con muchas Hnas que tenía problemas materiales con sus familias. Supo estar muy cerca de mi familia, llamando por teléfono a mi mamá para acompañarla en su dolor.
            Como ya dije, su personalidad rica y compleja, en ocasiones le dificultaba la convivencia: podía ser discriminadora y luego estar cerca de personas como el “negro de la parroquia Santa Rosa”. Su temperamento irascible se contraponía a su docilidad cuando la enfermedad la visitaba.
            Dios le regaló a Elvira mucho cariño cada 4 de julio, muchas Hnas iban a celebrar su cumpleaños, su entrada, que hizo que todas pudiéramos superar su temperamento y sus intervenciones en reuniones, que en algunas ocasiones daba la impresión de menospreciar a los destinatarios. Esa era su cáscara, que el Señor la fue puliendo para prepararla para ir a su encuentro. Su salud siempre se manifestó débil.
            En algunos momentos hablamos de la muerte y me dijo: “mi vida está en sus manos y dejo todo en su Misericordia”.
            Pensando en la Hna Elvira y en su pascua recordé este texto bíblico: “Se siembran cuerpos corruptibles y resucitarán cuerpos incorruptibles, se siembran cuerpos humillados y resucitarán gloriosos: se sierran cuerpos débiles y resucitarán llenos de fuerza, se siembran cuerpos puramente naturales y resucitarán cuerpos espirituales”. 1 Corintios 15,42-44

            Elvira, goza de la vida para siempre y desde el Cielo sigue inspirando a muchas para que sigamos ahondando “Desde las Fuentes, las Luces del Carisma”.

(Por Hna Adriana Cecchi, con mucho cariño)
Me uno a la experiencia de Paz, serenidad, fraternidad y familiaridad que se vivió en la celebración de su pascua…
Soy consciente que esto no se improvisa… y que Dios con su ternura y Misericordia fue regalándole a Elvira “el peregrinar al corazón invitada por el Amado para prepararla a su ENCUENTRO DEFINITIVO Y PLENO”…
Sólo quiero compartirles lo que me significó descubrirla en su relación con nuestra Hna Lucía Gil Elizalde.
Durante el Capítulo del `96, donde nos fuimos invitando a rescatar la figura de Lucía… Elvira, sentada a mi lado me comparte, a modo de susurro o confesión, cuánto la admiraba y la amaba… en su delicadeza, su amor por los pobres… su inteligencia… y hondura… (Ella lo narró en los escritos sobre las semblanzas de las hermanas).
Mi asombro fue grande… porque siempre hasta ese momento la había escuchado y percibido, como en muchas de las hermanas, lo significante del Padre Rodolfo, quedando más en las sombras Lucía!!!
Jugando y medio en serio la reté… y le dije cómo lo había callado tanto tiempo y no nos lo había compartido!!!... pero se lo agradecí mucho… me alegró profundamente… ya que para mí descubrir a Lucía me había significado redescubrir nuestro Carisma desde nuestro ser femenino… invitándome a intentar “andar como en puntas de pie para hacer silencio y no perder una sola insinuación que viniera del Señor”.
Con temor y temblor me animaría a decir que Elvira de un modo especial ha vivido este último tiempo haciendo vida lo que Lucía nos decía… por eso su partida fue así… Gracias Elvira… Gracias Lucía… Hoy ya se encontraron, junto al P. Rodolfo y todas las Hnas. y estarán celebrando y compartiendo el BANQUETE DEL REINO!!!
Rueguen por nosotras!!!
(Por Adelina Cativello, su hermana)
A mí siempre me impresionó su “muchas gracias”.
Cuando le llevaba la comunión, en los últimos tiempos, le decía al entrar al cuarto: “Elvira, aquí viene Jesús a visitarte y alimentarte”. Ella se emocionaba hasta las lágrimas.
Seguía la preparación antes de recibir al Señor, y la acción de gracias…
En el año  2005, estando ella con problemas de salud, también le llevaba la comunión todos los días; fue allí que me regaló un libro “Testigos de la Esperanza” de Van Thuan.
Recordando el libro, con su dedicatoria, me alegré mucho, para mí fue hermoso poder ir conociendo más su amor a Jesús Eucaristía.
Transcribo la dedicatoria: “A la Hna. Adelina, quien en sus 80 años ejerció el ministerio pastoral trayéndome con diligencia y mucho amor a Jesús Eucaristía, enriqueció nuestras charlas espirituales con la vivencia de sus muchos recuerdos, muy agradecida.
Deseo que la luz de este santo vietnamita enriquezca su generosa entrega en este nuevo tramo de su vida.
Con agradecimiento, Hna Elvira. Pascua de 2005”
Qué decir después de esto?
Que le pido a ella me encomiende a Jesús Eucaristía, para un día poder yo también contemplarlo cara a cara como ella lo está contemplando.