jueves, 19 de abril de 2018

Narrando nuestra vida, desde Xai Xai

te compartimos cómo vamos viviendo nuestra misión, nuestro Carisma, el modo de hacernos hermanas de este pueblo en la Iglesia mozambicana...Así nos conocés, rezás por nosotras, y si te animás, te espramos!!

miércoles, 18 de abril de 2018

Ciudadan@s de nuestra Humanidad

para bucear en la dimensión ciudadana de nuestro modo de vivir el Evangelio, compartimos este extracto de

DIMENSIONES POLÍTICAS DEL  VOLUNTARIADO
DE LA PROMOCIÓN AL CAMBIO DE  ESTRUCTURAS
 Enrique Falcón

disponible en:

https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es79_0.pdf

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Hacer visible una cultura de la subversión

(...) el voluntariado de marginación, en tanto que agente social movilizador, ha provocado que se comience a hablar de una cultura del voluntariado. A dicha cultura, muy a menudo nombrada, se la ha querido describir con diversas adscripciones: cultura de la gratuidad, de la relación solidaria a escala humana, de la ciudadanía y de la participación pública, cultura de la dinamización comunitaria, de la atención al otro y de la inmediatez, de la búsqueda y el encuentro con lo periférico y lo institucionalmente inservible, microcultura de la justicia y del cuidado, de la disponibilidad y de la entrega, etc. No es éste el lugar de definirla sino de resituar el carácter subversivo de muchos de estos Lo importante en todo caso es traer a cuenta que en un sistema de sociedades como las nuestras (sociedades de control, de exclusión y mercantilización de la existencia, y de extrema injusticia social) discursos y, sobre todo, experiencias concretas de gratuidad se hacen significativamente subversivos. Sólo los dinamismos controladores de la pacificación social las pueden interpretar y presentar luego como experiencias tranquilizadoras de `solidaridad ciudadana' que merecen ser aplaudidas y valoradas socialmente, ... hasta neutralizarlas casi por completo en su dimensión conflictiva elementos. Vaya, por supuesto, por delante que en la configuración de los mismos no sólo no ha intervenido exclusivamente el voluntariado en sí, sino que en el desarrollo de dicha cultura la aportación de otros movimientos y agentes sociales de emancipación va siendo más que apreciable a simple vista.
El voluntariado tiene su máxima riqueza en los elementos de gratuidad, justicia y cuidado, de visión desde los de abajo... que configuran su cultura. Pero sigue siendo para él un reto inaplazable el mantener dicha cultura en lo que es y puede ser: una cultura intranquilizante. Poco tiene que ver ésta con la cultura de la dominación, de los intercambios sociales basados en la mercantilización y el consumo de bienes (no sólo materiales) a expensas de la suerte de los otros. No se trata más que de hacer socialmente (políticamente) visibles: Apuestas por lo no-funcional, muy a pesar de los reconocimientos de la utilidad del voluntariado por parte de las instituciones del Estado. Apuestas por lo gratuito y lo no-rentable, muy a pesar de los fomentos del voluntariado por parte de algunas instancias mercantiles o bancarias. Apuestas por la pre-ocupación, el hacerse cargo y el cargar con la suerte de las personas y colectivos que para poco cuentan, muy a pesar de los discursos culturales en que la cotidianidad basa una `solidaridad gratificante y tranquilizadora'

En definitiva no se trata más que de hacer presente que existe, y está latiendo, otra cultura hecha de elementos que son en realidad alternativos. 😉

Narrar lo invisible


Parejamente a dicha cultura, se hace hoy urgente explicitar y hacer públicas las narraciones de la exclusión, señalando a los culpables y reconociendo las causas estructurales de dicha exclusión, en modo alguno fortuitas. Sin victimismos ni espectacularizaciones del drama, sino procurando injertar incómodamente el discurso de lo periférico en los centros del privilegio. Por ello se nos planteará siempre con honestidad el evitar ser voz de los sin voz, porque el excluido (el invisible, en definitiva) sí tiene voz propia, su propia narración, quizá más deteriorada y desde luego relegada en los márgenes sociales. En nuestras modernas sociedades de control, narrar lo invisible provoca conflicto porque explicita lo invisible de manera visible y pública. Lo que quizá parece obvio no lo es, en realidad: basta para ello con prestar atención a los soportes y canales comunicativos en los que hoy se intercambian socialmente las narraciones. Quizá las entidades de voluntariado que trabajan en los ámbitos de la exclusión deberían continuar potenciando en sus propias agendas políticas la denuncia de la manera con que las víctimas son tratadas y presentadas en los medios de comunicación de masas. Narrar lo invisible supone también desmantelar críticamente la frivolización circense del sufrimiento, las mascaradas maratonianas de recaudación televisiva de fondos de solidaridad, la espectacularización de la tragedia, la interesada estetización de lo solidario y la estigmatización dramatizante de lo periférico a lo largo de los canales estandarizados de la información. De otro modo, narrar lo invisible seguirá siendo un discurso clandestino, intercambiado gracias sólo a algunos medios de comunicación de carácter alternativo y corte minoritario, a los que conviene seguir apoyando. Narrar lo invisible con seriedad y respeto a lo inviolable de la dignidad de las personas es, posiblemente, una narración muy poco rentable.
 



jueves, 12 de abril de 2018




Simón Pedro Arnold osb

en “¿A dónde vamos? Una teología de la vida consagrada

para un tiempo de crisis y esperanza

domingo, 8 de abril de 2018

vida nueva... nos envía

En los albores del domingo, una mujer, María Magdalena, atraviesa la noche de la incertidumbre para buscar; buscar el Amor, porque no se resigna a la idea de la muerte. Y la voz del Resucitado pronunciando su nombre le revela al Viviente, al Testigo Fiel (Juan 20,11)

Jesús, el Sacerdote de la nueva Alianza, cuyo Nombre está sobre todo nombre, coloca a esta discípula en la corriente fecunda de los testigos y anunciadores. Las lágrimas de María Magdalena se transforman en dinamismo de vida, rapidez. No hay tiempo que perder. Vete, corre María Magdalena, no te quedes en el sepulcro. Apúrate porque hay que anunciar, gritar, proclamar desde lo alto de los tejados. No te detengas ni detengas al Maestro, porque llegó otra hora. No se trata de seguir en los lugares de muerte, ahora hay que anunciar la Vida.

En medio de nuestras dudas y vacíos, Jesús sigue pronunciando nuestros nombres. Nos envía asegurándonos "Yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos" (Mateo 28,20)
El espíritu sacerdotal es la vivencia personal y comunitaria de que Cristo salva, recapitula, reúne. Es un espíritu que busca la unidad, la reconciliación. Es profundamente comprometido, no excluye lo distinto. Es un espíritu lleno de pasión que hace de los varones y mujeres "amigos de Dios" (Sabiduría 7,27)
Con Corazón sacerdotal

domingo, 1 de abril de 2018

Vive... Regresó!!

"El cuerpo ante Ti 
es un cirio quieto en la noche de la historia,
de las ideas, de los proyectos,
consumiendo las horas como cera.
El pensamiento está inmóvil 
como la afilada,
sin la más leve brisa
que altere su perfil luminoso y quieto.

El corazón, cristal naranja
encendido con la lumbre remansada
de tantos encuentros infinitos.

Las pupilas redondas 
como la boca de una tinaja vacía,
se dilatan en lo oscuro 
atisbando Tu Presencia.

Sólo se oye el crepitar del fuego
y el aliento de la Vida que llega desde Ti
frotando levemente el aire en que camina.

Y al verte y acogerte,
se aviva la llama iluminando la noche,
transparentando la cera,
transfigurando en luz las ausencias y tinieblas.

Y toda la persona se va haciendo luz recibida
brillando gratuita en tu templo
mundo oscuro de injusticias,
de fugaces estrellas que deslumbran un segundo,
de neón inquieto impuesto con astucia.

En la adoración de cirio alerta
para iluminar
Tú nos haces luz desde dentro,
sin necesidad de llevar en las manos
una brasa prestada y pequeña"


Benjamín González Buelta