miércoles, 20 de junio de 2018

EL PERDÓN

 “UNA CUALIDAD POSITIVA 

DE LA MENTE” 

(Mª Carmen Piñero López)

en "Opinión" Eldía digital.es

 

“No puedo olvidar, pero si perdonar”. Nelson Mandela
    
Perdón o perdonar proviene de la palabra griega “afiemi”, significa entre otras cosas, dejar ir o abandonar. Desde la antigüedad ya se sabía de sus beneficios y, todas las religiones mencionan el perdón, al igual que personalidades de todos los ámbitos sociales y mundialmente conocidas como: Gandhi, Luther King, la Madre Teresa, William Shakespeare… pero en especial, citaré a Nelson Mandela, 27 años en la cárcel y, sin lugar a dudas, nos ha demostrado con hechos que el perdón tiene una gran capacidad conciliadora, transmitiéndonos su enorme generosidad al inspirar a la mayoría negra y tranquilizar a la minoría blanca.   

La Decana de Harvard Martha Minow, manifiesta: perdonar no es una obligación, es una elección y se lleva adelante mediante la decisión de las victimas. Entendiendo como posible la elección de no perdonar.  
 
Richard Davidson, Doctor en Neuropsicología e Investigador en Neurociencia Afectiva, ha llevado a cabo investigaciones interdisciplinares sobre las cualidades positivas de la mente, como la amabilidad la compasión, la capacidad de perdonar... (...)
  
Davidson, en su libro "El Perfil Emocional de tu Cerebro", hace referencia a las investigaciónes y estudios realizados a lo largo de su vida, prestando especial atención a los momentos que compartió con el  Dalái Lama en 1992, el cual les pidió: que en lugar de centrarse en las emociones negativas, como la ansiedad, la depresión, el miedo y la tristeza, no aprovechaban las herramientas de la neurobiología moderna para estudiar cualidades virtuosas como la bondad y la compasión. Davidson, puso la compasión en el mapa de la ciencia. Investigación que tenía la capacidad de transformar la humanidad, llamandola Neurociencia Afectiva. Pues, "la base de un cerebro sano es la bondad y se puede entrenar"
    (...)
   

No debemos olvidar que es necesario y saludable perdonarnos a nosotros mismos, pues nos da la oportunidad de dejar espacio suficiente en nuestra mente para desarrollar habilidades y estrategias que nos reconforten y nos hagan crecer como personas, dejando atrás el lastre que supone no perdonarse, aprendiendo de nuestros errores con calma y benevolencia.     

Si logramos asimilar los avances que la Ciencia ha realizado sobre lo condicionados que estamos por la genética y la interacción con el entorno, quizás seamos capaces de comprendernos a nosotros mismos y a los demás. El conocimiento ayudará a mantener una convivencia de respeto y tolerancia y, por supuesto, favoreciendo El Perdón. 

(...) No podemos cambiar el rumbo del universo, pero sí modificar nuestra forma de pensar y, para ello, debemos apoyarnos en el recurso más maravilloso que poseemos, NUESTRO CEREBRO, su grandeza reside en la plasticidad sináptica (conexión entre neuronas) y adaptabilidad que posee para transformar conductas, adaptándolas a una mejora constante del ser humano, ayudándonos por fin, a salir de nuestra irracionalidad.
  

Sigo creyendo en las personas, porque somos capaces de prosperar y, de hecho, es la mejor etapa que el mundo ha vivido nunca a lo largo de su historia, pero, aún queda mucho por recorrer  (...)

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