jueves, 5 de enero de 2017

Hna América Saucedo

por Hna Elvira Gómez

"Esta sí que es una correntina de pura cepa, aunque su madre, según me dijo, es brasileña y sí, tiene rasgos de esas características que también noté en su hermana y su sobrina.


Su padre, correntino, quedó viudo al cuidado de sus diez hijos y no contrajo posterior matrimonio por respeto hacia ellos y por la responsabilidad que debía asumir. Las hermanas mayores suplieron, tal vez, esta deficiencia. América es una de las menores.
Vino a Buenos Aires con su hermana Margarita y conservaron su piedad familiar creciente en el conocimiento de Cristo mientras se emplearon para su subsistencia.
El Señor las llamó a las dos a la Vida religiosa: su hermana eligió las Franciscanas de clausura donde estuvo algunos años, pero su salud muy quebrantada por la debilidad ósea, la llevó a extremos que apenas camina con el corset que la acompaña siempre. Abandonó el Convento.
Y América, quien concurría a la Parroquia de Santa Elena, conoció a las Auxiliares y se decidió por nuestra Congregación. Fue una de las primeras novicias cuando se inició el Noviciado en Moreno.
La conocí cuando me mandaron a Azul, a fundar la Casa y encontré en ella tal sentido común -creo que es su característica-, una habilidad manual notable que la llevó a conseguir el certificado de Encuadernación, en Moreno y, sobre todo, la sabiduría del pueblo que, con dos o tres palabras, da una contestación exacta, cabal.
Cuando el Padre me envió a Moreno como Maestra de Novicias, también me acompañó -fue la Vicaria- y encontré en todos esos años una fidelidad constante que no se conmovía ante algunos comentarios que ese cargo y en esas circunstancias, necesariamente, provocaba.
El P. Carboni la apreció mucho y tuvo en cuenta esas cualidades. Las novicias y postulantes, también la quisieron porque era muy humana, no exenta a veces, de cierto rigorismo que el orden entre tanta gente joven exigía.
Inteligente, lectora, asimila lo que ve y oye a su alrededor supliendo su incompleta escuela primaria, por las circunstancias que vivió en su niñez.
En la isla de Alto Verde, en Santa Fe, está muy contenta. Se siente a gusto con ese pueblo al que hay que conocer y comprender en otra jerarquía de valores.
En la Casa cuida con amor, porque con el enfermo se transforma, a la Hna mayor que integra la Comunidad, como hizo con tantas otras en diversas circunstancias. Su fe trasciende los detalles de carácter o debilidad y encuentra siempre lo bueno, lo positivo, con el ejercicio de su sabiduría. Las Hnas jóvenes encuentran en ella un remanso de paz".

"Te alabo, Padre, porque mostraste estas cosas a los pequeños"

Su pascua fue el 5 de enero de 2006

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