te acercamos una reflexión sobre la Buena Noticia de este primer Domingo de Adviento: Lucas 21,25-28.34-36
Los discursos apocalípticos recogidos en los evangelios reflejan
los miedos y la incertidumbre de aquellas primeras comunidades cristianas,
frágiles y vulnerables, que vivían en medio del vasto Imperio romano, entre
conflictos y persecuciones, con un futuro incierto, sin saber cuándo llegaría
Jesús, su amado Señor.
También las exhortaciones de esos discursos representan, en buena
parte, las exhortaciones que se hacían unos a otros aquellos cristianos
recordando el mensaje de Jesús. Esa llamada a vivir despiertos cuidando
la oración y la confianza son un rasgo original y característico de su
Evangelio y de su oración.
Por eso, las palabras que escuchamos hoy, después de muchos
siglos, no están dirigidas a otros destinatarios. Son llamadas que hemos de
escuchar los que vivimos ahora en la
Iglesia de Jesús en medio de las dificultades e
incertidumbres de estos tiempos.
Es el momento de escuchar la llamada que Jesús nos hace a todos.
«Levantaos», animaos unos a otros. «Alzad la cabeza» con
confianza. No miréis al futuro solo desde vuestros cálculos y previsiones. «
Se acerca vuestra liberación». Un día ya no viviréis encorvados, oprimidos
ni tentados por el desaliento. Jesucristo es vuestro Liberador.

«Estad siempre despiertos». Despertad la fe en vuestras comunidades. Estad
más atentos a mi Evangelio. Cuidad mejor mi presencia en medio de vosotros. No
seáis comunidades dormidas. Vivid «pidiendo fuerza». ¿Cómo seguiremos
los pasos de Jesús si el Padre no nos sostiene? ¿Cómo podremos «mantenernos
en pie ante el Hijo del Hombre»?
José Antonio Pagola
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