Poema de Pedro Casaldáliga...
para arrancar el año con esta actitud...
El lago y yo amanecemos
llenos
de Dios, de Dios, de Dios...
—Tú me
das el vigor de ese toro muchacho
tallado al sol naciente
junto al cactus asceta.
Las cigarras ensayan,
pertinaces,
la alegría monótona del Tiempo.
Penachos de maíz,
niños del todo,
saludan los caminos de los hombres.
La golondrina, sola,
haciéndome verano,
pulsa el hilo sonoro de distancias.
'Dejadme hacer acopio
de ternura:
¡tengo la vida, entera, entre las manos!
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