domingo, 27 de mayo de 2018

Como un canto de alabanza

Todo sea para tu gloria, Padre.
Para tu eterna gloria. A Ti que creaste todas las cosas de la nada y el vacío; que amaste apasionada y entrañablemente a la humanidad, dándole una promesa en la noche del pecado, pronunciando un juramento y haciendo una Alianza de amor.

Todo sea para tu gloria, Hijo eterno del Padre.
A Ti que aceptaste el envío, para sellar con tu Sangre esa Alianza de Amor. A Ti que, como el esposo del Cantar de los Cantares, encarnaste un amor insistente que busca, y es incansable, tenaz; y salva la distancia infinita entre Dios y los Hombres, convirtiéndote en el Sumo y Eterno Sacerdote.

Todo sea para tu gloria, Espíritu Santo. Fuente y dador de Vida. Efusión, regalo, don. A Ti que te volcaste como fuego y viento; que arrebataste los corazones, removiste las cenizas, encendiste las arideces. A Ti, que nos quieres animosos y ardientes para llevar la única Buena Noticia.

A Ti Santa Trinidad. A Ti Trinidad divina, encuentro y donación de Personas. A Ti el honor, la gloria, nuestro amor. A Ti que eres perfecta reciprocidad, en una gozosa y dinámica comunión.

A Ti te pedimos el regalo de que, al invocarte, sintamos tu cálida compañía, para ser nosotros y nosotras una Casa habitada por la Divina Presencia, y convertir en realidades de comunión todo lo que tenga que ver con nuestra historia.
Que dimane de tu seno la fuerza que necesitamos para que nuestras vidas sean ofrenda, que se derrama como suave aroma; como aceite perfumado, haciendo en el mundo memoria enamorada de Jesús Sacerdote.

         AMÉN, QUE ASÍ SEA, QUE SE CUMPLA

de "Con Corazón sacerdotal"  


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