"Cuando la veo en la Parroquia de Santa Rosa, distribuyendo la comunión como Ministro de la Eucaristía, pienso en la transformación que opera la gracia en el interior, que se trasunta en una serenidad apacible.
Porque Elena, por una dolorosa situación familiar, tiene una agresividad latente que se expresa ante el menor estímulo; ya superada, por lo que ahora puedo percibir.
Vino de Santiago del Estero donde estaba su familia -que ahora vive en Buenos Aires cerca de la Capital- y llegó a una casa de familia de Palermo en las cercanías de la Parroquia de Santa Elena donde conoció a las Hermanas Auxiliares.
Estuvo en varias comunidades viviendo sencillamente y haciendo lo que estaba a su alcance.
Pero, en Santa Rosa de Lima, realiza una obra irreemplazable visitando y llevando la Comunión a los Geriátricos de la zona y a los enfermos del Sanatorio y Centro Médico, que lo soliciten en la parroquia.
Muy ponderada fue su acción pastoral por el P. Oscar Ojea, anterior párroco, quien comentó con asombro la preparación que notaba en los enfermos que atendía Elena.
Por eso, tuvo el gran gozo de recibir la visita de ese sacerdote que se acercó a saludarla en el día en que cumplía sus 50 años de Vida Religiosa. Es que ella ama entrañablemente a los sacerdotes y no permite ningún comentario ni aún opiniones verdaderas que pueden darse en la actividad conjunta.
De un corazón grande y sensible se "apropia" de los dolores ajenos y busca de alguna manera remediarlos.
El Señor que conoce los corazones y ve la buena voluntad de los que desean seguirle fielmente , la va transformando mostrándole que esa palabra "abandono" que la acicateó tanto tiempo, es parte de la condición humana, como pudo comprobarlo en tantos y tantos ancianos y enfermos que visita y puede aconsejarles la aceptación y el perdón que plenifica.
Su pascua fue el 1 de noviembre de 2013
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