sábado, 24 de agosto de 2013

Hna Juliana Diez

“Fue una de las primeras: conoció al Padre y a Lucía allí en el barrio de San Lorenzo, donde vivía. Bebió en la misma fuente desde muy niña y ese matiz perdura en ella. Veneró al Fundador y a Lucía.
Muy inteligente, con un espíritu muy fuerte que desborda en ese cuerpo frágil, enfermizo, instrumento de su cruz: una estrechez de esófago tal que hasta un grano de arroz la ahogaba.
Así pasó toda su vida religiosa dándose generosamente porque si algo en ella la caracteriza es su celo ardiente, su espíritu apostólico.
La hemos visto en todas las casas por las que pasó, prescindir de sus dolencias, para llevar la Palabra, la Buena Noticia a todas las gentes, en la Catequesis, liturgia –amaba con pasión- en Cursos y Encuentros Parroquiales, Diocesanos, Regionales, con la colaboración y animación de las Religiosas en las diversas Juntas Diocesanas; de Juventudes, entre el laicado y, últimamente con más acento hacia los pobres y desposeídos en los lugares donde la obediencia la envió: Alto Verde y Santiago del Estero, cambio que le costó asumir y ahora, plenificada da gracias a Dios por “el ciento por uno” que recibió en la acogida y sencillez de esa gente.
Fue Consejera en un período del Gobierno General y las Hermanas que han conformado las Comunidades a las que animaba como Responsable, la recuerdan como hermana que tiene solución para todos los problemas porque exige acompañando para que no desvirtúe el espíritu de la Auxiliar que recibió como legado y que tan celosamente defiende.
En este último tiempo, además de la Catequesis familiar, cumple en Goya una misión muy acorde con su personalidad: congrega a laicos amigos quienes conociendo el espíritu del Padre Carboni, quieren vivirlo en sus propios estados  y así, madres, jóvenes, y mayores, señoritas solteras, y últimamente también varones y, creo que algún sacerdote, se sienten convocados.
El Sr. Obispo de Goya ha querido ampliar la acción de este grupo incipiente y con espíritu eclesial ha pedido que esta rica y fecunda tarea pastoral mediante la oración y testimonio, según ese espíritu, abarque a todos los Consagrados en la Iglesia, sacerdotes y seminaristas.
La edad trae sus límites: una sordera pronunciada cada vez más irreversible, no le quita, no obstante el entusiasmo, pero va constituyendo un impedimento para su acción pastoral”.
Hna. Elvira Gómez
Sus últimos años, antes del Encuentro definitivo con Jesús, siguió donándose con su alegría, energía y fidelidad característica en la Casa General. Su pascua fue el 23 de agosto de 2012.

¡Gracias, Señor por la vida ofrendada de Juliana!

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