domingo, 25 de agosto de 2013

1er Domingo de Cuaresma
Ciclo C
“Te ofrezco… te ofrecemos”

P       Después de haber reflexionado acerca de nuestro propio DESIERTO, al cual Jesús nos invita a entrar en esta Cuaresma (1ª actividad, con video de "Matt Maher: 40 days"), y
P       de reconocer nuestras TENTACIONES, dejando que Dios nos muestre qué es lo esencial en nuestra vida, tomando conciencia de que no sólo necesitamos el “pan material” para vivir (2ª actividad);
P       queremos acercarnos a la lectura propuesta para este Domingo. Se trata de la 1ª lectura.

MOTIVACIÓN: los chicos deben reconocer personas/personajes famosos y tomar uno que les llame la atención En plenario compartimos cuál elegimos y cuál es el aporte que ofrece esa persona/personaje al mundo, a su familia, a la sociedad, etc.

ILUMINACIÓN: proclamamos en voz alta Deuteronomio 26,1-2. 4-10 y lo comentamos brevemente para contextualizarlo.
Desde antiguo, la gente se pone al servicio de otros, podemos decir que “ofrece” algo. El pueblo de Israel ofreció su primera cosecha a Dios, como agradecimiento. Los personajes que elegimos también hacen, a su manera, su “ofrenda”: sus talentos, su experiencia, etc. Tal vez por cariño, por la necesidad de trabajar, por altruismo, etc.

P       Ahora, podemos mirar nuestro entorno más cercano: entre la gente que conocemos ¿a quiénes admiramos por la forma en que se dan, sirven, ayudan, se “ofrecen” a los demás?
(Lo compartimos en grupos pequeños)

Otro pasito más…
PERSONALMENTE: El pueblo de Israel le ofreció a Dios las primicias de su trabajo como agradecimiento por haberlo liberado. Ayer por la tarde reflexionamos acerca de la libertad en la que nos invita a vivir Jesús: desprendidos de “tentaciones” o necesidades que a veces se nos impone sutilmente.
Vamos a tomarnos un momento personal para pensar: ¿Qué quiero agradecerle a Dios? ¿Qué le puedo/quiero ofrecer?

EN GRUPO: armamos un signo (con los elementos de la naturaleza) que simbolice lo que le queremos ofrecer a Dios. Lo presentaremos en la Misa.
Cuando todos tienen el símbolo (conviene que uno o más integrantes lo presente-explique en la Misa), nos reunimos en plenario. Recordamos que ese signo nos representa a nosotros. Así como el pan y el vino se transforman en Cuerpo y Sangre de Jesús, así, nos ofrecemos nosotros y Dios recibe nuestra vida para seguir transformándola.
Podemos cantar: “Esto que soy, eso te doy”

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